Child Smile, una fotografía con Jesús Alejandro. |
Mi alma infantil,
tan latente como un corazón que late por sentir, un alma que se pierde en la
inmensidad de las sonrisas, un amor que lentamente se hace de piedra para
grabar dentro aquellas sonrisas que el alma pudo conocer, infantil, como las
flores pequeñas que gran olor emanan de sus dulces pétalos.
Un alma triunfante, pero
que por dentro grita con todas sus fuerzas que le dejen salir, porque necesita
consigo sonreír, aunque sea para poder imaginar volar tan alto como las águilas,
y correr tan rápido como guepardos, sentir como un conejo salta de felicidad en
una pradera de hermosos colores brillantes, ante el sol que baila al son de la música
de los cantos de otros niños que disfrutan de ser amigos.
Mirar el cielo y
comprender que somos tan pequeños, pero tan inocentes como la magia que pude
mirar en el brillo de los ojos tan abiertos y expresivos, un alma sincera que
no necesita de la mentira para poder vivir, lucha por la inocencia y la alegría
de volver a sentir. Sus pequeños brazos, pero tan fuertes para abrazar el amor
entre sus manos, como algodones de azúcar, y payasos que en la lejanía se
escuchar hacer reír.
Miradas
cómplices hacia el mundo que afuera se encuentra, miradas de alegría y dulce carmesí.
Chocolates, con dientes de frenesí. Disfrutar como un pequeño pero hermoso
infantil, mi alma se encuentra volando por el dulce olor de la alegría, que
lucha por nunca dejar de ser, un niño con mirada de miel y perdida entre su
dulce imaginación.
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