Fotografía: Listen To the Rain |
Me acostumbre a
soñar, tanto que ahora no encuentro sentirme bien en la realidad. Antes podría
decir que me sentía completamente a gusto con la soledad, con el sentimiento de
sentirme vació ante la oscuridad. Pero luego, después de tantos caminos. Tantos
poemas escritos y tantas melancolías superadas, la realidad se hace vacía ante
la mentira de vivir sonriente en la sociedad.
Tal
vez nunca aprendí siquiera a vivir, solo deje que el tiempo pasara como un
lento reloj de arena, esperando que en cualquier granito de su interior
encontrara las respuestas para poder continuar en paz. Pero en respuesta a
ellos, solo deje morir los sueños que tenia, por miedo a ser autodestruido por
las personas que me rodean, por el amargo sentimiento que mi alma carga, a
veces imagino que nací con un aura que nunca fue hecha para ser feliz, o en su
deficiente camino solo llorar con lagrimas olvidadas por el sendero que recorro
lentamente con el pasar de los años y escribir pequeñas notas que recuerden lo
que dentro lleva el mar salado.
Lo más seguro del asunto, es que
nadie llegue a comprender nunca estas notas, porque muy pocos sentimientos
verdaderos llevan, solo son fantasmas que vagan por la lenta neblina de un mes
de octubre. Y en octubre no hay neblina, solo es imaginación. Solo son condenas
de auto tortura infundada en los recuerdos, en lo que soy y nunca llegare a
ser, entre filosofías amargas y notas tan oscuras como un demonio que alma
lleva.
Y
es que soy un alter ego que embarga consigo el alma, como un pequeño virus de
muerte letal. Abandonado entre las
cumbres de un olvidado libro, de un amargo silencio y un dulce cigarrillo de
paz, muerte prematura de sentimientos que no existen en este lugar, soy (…)
Soledad…