Stanley, el trenecito que viajo al espacio. |
Esta es una hermosa historia, de un proyecto entre padre e hijo. Ese
proyecto, donde intentas cumplirle un sueño a la persona que más amas: Tu
propio Hijo. Stanley. Es un trenecito, el juguete favorito de un pequeño y
hermoso niño. Que se convirtió en
astronauta por un día.
Viendo este vídeo pude haber encontrado tantos sentimientos y felicidad,
una vez más se demuestra que el amor existe, y que los sueños no son
imposibles, y es que soy de esos “cursis” que piensa el mundo sería mejor, si hubiese
padres como Ron Fulgelseth.
El pequeño, podrá sonreír y decir que su juguete favorito estuvo en la
estratosfera, como todo un buen astronauta.
Y es que no todo fue tan fácil para lograr cumplir este sueño. Ron,
planeo este maravilloso viaje por dos meses. Ya que debió seguir procedimientos
recomendados por la federación nacional área y inclusive, tramitar los permisos
necesarios para dicho viaje, un estudio de los vientos, climas y por supuesto,
el estudio de los materiales livianos, para que Stanley, pudiese viajar al
espacio.
Pero no es esto lo que quiero resaltar de esta historia, sino el amor que
un padre puede tener con su hijo, la maravilla del universo, puede lograr que
esa conexión entre dos seres que se encuentran conectados por la propia sangre,
es realmente maravilloso, admito que al ver este video, sentí tanta felicidad,
tanto amor y cariño. Que al igual que ellos dos, este viaje quedara grabado en
mi memoria, como un toque de magia en este mundo lleno de guerras, racismo y
discusiones sin sentido alguno, y no vemos estos maravillosos detalles que nos
rodean. Quizá por egoístas y egocéntricos, que solo pensamos en nuestro propio
bien, y no en el bien común de la humanidad.
Un padre, puede ser la alegría de un niño, la esperanza del mismo y la
fortaleza. Este proyecto, es la alegría que todos necesitamos en nuestros
corazones, en nuestras almas. Recuerden, siempre es bueno amar, querer, pero
sobre todo: Enseñar. Nuestros hijos merecen más que una buena vida, necesitan
ser grandes hombres en el futuro. ¿Quién mejor que un buen padre para
enseñarlos?
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