Fotografía: Waiting For You |
Tu piel es como el pergamino donde mis poemas puedo escribir, como una danza de árabes y espadas, dulce y efímero placer que en ella encuentro, dulces cantos que recorren tus movimientos tan lentos como arcoíris desaparecer después de la lluvia.
Tus ojos que me miran, mientras somos uno en la oscuridad, allí donde nadie puede conseguir nuestros rostros escondidos ante la inmensa y terrible verdad.
Déjame sentir como tu alma se hace mía, déjame ver como tu piel se eriza con los suaves roces de mis labios en tu amarga piel, déjame tocar tus sentidos y escuchar tus gemidos.
Oh diosa, que me das el inmenso placer, bailar en la lluvia, cada gota tu nombre grita con el chocar del frio invierno, no me dejes caer. Bésame amada, déjame vivir a través de ti.
Soy tu esclavo, tu amargo silencio ya no existirá entre la nostalgia de no vivir para ser amada.
Ese olor que tu cabello emana, tan perfecto entre la lúgubre ciudad, tan revitalizante ante la majestuosa y desdichada muerte.
Tus manos tan perfectas por el pasar de los años, tan inmensamente adorables, ante el silencio de mis labios que rozan lentamente sus dedos, como un camino infinito hacia la perfecta gloria de amarte, de sentirte, de olerte, déjame sentir Dinasta, Déjame vivir a través de tu piel.
Soy esclavo de tu sonrisa, de tus gritos y también de tu mirada, soy nada frente a ti, me arrodillo ante tus pies, mi diosa, mi Dinastía. Bésame, siénteme, destrúyeme…
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